23 de junio de 2012

Cuando los preñaos son ellos...



Lo del título no es ninguna reivindicación feminista, es que, un poco retorcida como soy, he aprovechado aquello que se les decía a los hombres cuando se quejaban de algún dolor de: “como tuvieran que parir ellos, se acababa el mundo” y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, lo he puesto como título.

Porque hoy, os habréis dado cuenta, vengo otra vez de “cocinitas”, cosa por la que pido disculpas si alguien esperaba otra cosa, pero los que me conocéis ya sabéis que yo soy de manías, tanto que estuve una vez escribiendo durante más de dos meses de manzanas, y entonces escribía todos los días.

Pero, entrando en materia y como habréis visto por la foto, hoy la cosa va de “bollos preñaos” que, aunque sean algo típicamente asturiano y yo sea de Murcia, no veo ningún motivo para no poder hacerlos aquí. Así que, aunque hay variantes (con leche o sin leche, con mantequilla o sin ella, etc.), os paso la receta de como los hago yo:

Ingredientes para la masa:

1 kg. De harina, preferentemente de la llamada de fuerza, aunque se puede hacer con otra si no tienes (estos están hechos con harina de trigo normal).

3 cucharadas de aceite de oliva.

2 sobres de levadura de panadería Maizena (yo uso esta porque es más cómoda pero se puede hacer con la levadura prensada de toda la vida, en ese caso, poner unos 50 o 60 grs. o con masa madre, para lo cual deberíamos guardar un trozo de masa para la próxima).

2 huevos

3 a 4 cucharaditas de sal (según nos guste)

½ l. aproximadamente de agua. Yo suelo poner de entrada 400 ml. y después añadir, poco a poco, si hace falta.

Ingredientes para el relleno:

Lo tradicional es chorizo asturiano, pero se puede hacer con cualquier chorizo de sarta o choricitos pequeños (eso sí, que sean lo más tiernos posibles), chistorra o cualquier otra cosa que nos guste, desde salchichas (si son frankfurt tal cual y, si son de carnicería, freírlas previamente) hasta atún, pasando por patés, olivas (quitándole el hueso antes), etc.

1 huevo batido


Preparación:

Mezclamos todos los ingredientes de la masa (yo lo hago en un bol grande de acero inoxidable) y amasamos bien (a mano o a máquina) hasta que la masa se nos despegue de las manos. Vale que, de hacerlo a mano, hay un momento en que dices: “que no puedooooooo, que esto no funcionaaaaaaa y no se despega de las manos ni a tiros” (este momento suele coincidir cuando te llaman por teléfono o tocan al timbre), pero sólo es cuestión de seguir amasando y llega un momento en que se obra el milagro.

Tapamos la masa con un paño de cocina y la dejamos que duplique su tamaño. En verano esto va perfecto pero en invierno se pone la cosa chunga con el frío, lo que hago entonces es poner la vitro al 1 en un fuego pequeño y pongo el bol encima, o también puede ponerse cerca de un radiador, como el ratón de Susanita (ahora lo leerá alguien que no conozca la canción y dirá: “a esta se le ha terminado de ir la cabeza”).

Aproximadamente una hora después la masa habrá doblado su volumen, entonces volvemos a amasar durante unos minutos y hacemos rollos de unos 3cm. De diámetro (me gustaría saber cómo poner diámetro con el símbolo con el procesador este, grrrrrr.).

Mientras sube la masa, cortamos el chorizo y lo demás que pensemos ponerle.

Cortamos porciones del rollo de masa de unos 2 cm., estiramos (yo lo hago con la mano, no hace falta rodillo para esto), introducimos dentro el chorizo o el otro ingrediente cuidando de que quede cubierto de masa y bien cerrado y lo ponemos boca abajo en la bandeja del horno (para que se vea lo más mono arriba), dejando unos centímetros de distancia entre uno y otro porque vuelven a crecer.

Una vez todos preparados, mojamos un paño de cocina, cubrimos los bollos con él y lo dejamos que vuelvan a crecer, más o menos 1/2 hora (la levadura Maizena es rápida).

Pintamos los bollos con el huevo batido y una brocha de silicona y los metemos al horno que hemos precalentado previamente a 220º durante 10 minutos y luego lo bajamos a 180º durante otros veinte minutos aproximadamente (esto, como siempre, depende del horno, por lo que hay que estar vigilando a partir de los 20 minutos, es decir, ponerse delante del horno con el abanico a decir: “¿y por qué no lo haré yo esto sólo en invierno?”). Yo los pongo en la parte de abajo, con calor arriba y abajo.

Con las cantidades que he puesto salen un montón, aproximadamente 56 (los hago de diferentes formas y tamaños para diferenciar el relleno), cantidad que te viene bien si tienes 5 de familia y quieres darle una bandeja a los vecinos (procurando que no sean los mismos a los que por la mañana les has llevado una bandeja de galletas glaseadas de colorines, más que nada porque a ella, mientras se relame y te da las gracias, le puede dar un chispazo y se le puede poner cara de: “esta o se ha vuelto lesbiana (con perdón y todos mis respetos) o le gusta mi marido, todo eso sin pensar que el marido tiene la edad de tu hijo”), otra bandeja a la prima, etc. pero, en caso contrario, se reducen las cantidades de todo proporcionalmente y listo.

A todo esto ¿dónde andará el cable de datos de la cámara de fotos?, igual lo tiré en la mudanza.




P.D. Google, prometo no poner ninguna foto chapucera más, pero no me putees más con el tamaño y el color de la letra, que me tienes de los nerviossssssssssss.











7 comentarios:

Mos dijo...

Eres maravillosa, paisana.
A mí se me gana con muchas cosas pero con la comida casi, casi no me resisto.

Para chuparse los dedos con todas tus recetas.

Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

Gizela dijo...

jajajaja!!!!!

Ricosssss!!!
Me encantan!!!
Siempre paso temporadas en Asturia y siempre me los devoro jajajaja!!!

Buena la receta y...los comentarios jajajaja!!!!

Besossssss y lindo finde!!!

Lapislazuli dijo...

Parecen exquisitos.
Buenos comentarios, jajaj
Un abrazo

Arturo dijo...

María:
Hasta donde recuerdo, tu tocaya y querida abuela mía, oriunda de Asturias, nunca los cocinaba; de modo que puedo decir que me resultan novedosos.
Le pediré a mi esposa -que cocina panes- o a mi hija -que es fanática de la repostería- que los hagan.
Con chorizo candelario deben ser maravillosos...
Un beso.

ion-laos dijo...

Qué buena pintaaaaa!!! Pero lo de amasar, buffff...si no puedo encender ni una cerilla, la salté apagá, jajajaja, y un mechero me cuesta que ni te cuento, o los compro hechos, o que lo amase mi padre que tiene mucha paciencia.

Si es que el violeta, es lo que tiene, que hasta en galletas está muy rico, jajajaja. Me voy relamiendome!

Besotes guapa!

Gala dijo...

Oh nena! que buena pinta tiene esto!
A mi que me encantan las recetas saladitas esta me viene al pelo!
Preñados y bien preñados están y bien buenos, de eso no me cabe duda.
Yo los hacia similares pero con masa de hojaldre... obvio me ahorro el hecho de hacer la masa aunque este tipo que has traido hoy no la he probado nunca... creo que habrá que poner manos a la masa, y nunca mejor dicho, así otro sistema diferente, que nunca está de más.
No te ha pasado nunca que cuando por algún motivo te empeñas en comer algo, te entra lo que las mujeres llamamos antojo, y no necesariamente por estar preñadas, te pones y te falta un ingrediente???... ufffffff... por eso es bueno tener recursos distintos. Así que gracias por la receta de masa.

Besitos mediterráneos.

Padre Rodolfo de Jesús Chávez Mercado. dijo...

Hola María, saludos.

Un gusto volver a leerte después de tanto tiempo. Ah!!! de cocinera ahora. Gracias por la receta. En Cartagena Colombia hacemos bollitos de promasa, amarilla o blanca, total es promasa jejejeje. Con queso dentro o sin queso, con mantequilla o sin ella. Total, aliementa y deja bien llenito jajajaja.

Te abrazo y Dios te bendiga.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...