20 de junio de 2012

Como no me daban dos...



La cosa empezó ayer, cuando me sobraron dos yemas de huevo de la muselina al ajo y quise aprovecharlos, que ya está la cosa bastante chunga como para tirar comida y dos yemas son dos yemas y no sé lo que valdrán pero tirar comida está muy feo. Total que, como me quedaba una pastilla de chocolate sin azúcar, me hice unos bomboncitos congelados más buenos que el pan con:

Ingredientes:

100 grs. chocolate sin azúcar
40 grs. mantequilla
2 yemas de huevo
(se le puede añadir licor, si queremos)

Preparación:

Se funde el chocolate en el microondas, se añade a continuación la mantequilla y, una vez bien incorporada y con la mezcla casi fría, las yemas de huevo hasta tenerlo todo bien mezclado (importante no echar las yemas de huevo con lo otro caliente para que no se nos cuajen).

Luego se pone la mezcla en moldes (de silicona, cubiteras, etc.), yo los puse en los recipientes de los huevos de codorniz de Hipercor que son perfectos para eso y luego los puedes tirar sin fregarlos.

Con eso, teniendo en cuenta lo que me comí mientras lo metía en los moldes (por hacer la cata, no penséis mal), me salieron 18 mini bombones aptos para diabéticos; nos comimos 6 (aquí les da lo mismo lo de diabético o no, el caso es que era chocolate) y tenía yo ahí los 12 bomboncitos congelados esperando mi ataque.

Pero esta mañana, no sé por qué, me he levantado acordándome del anuncio aquel de los Petit Suisse que decía: “a mí me daban dos” y me he visto dando gracias porque aquello me pilló mayor y mi madre no podía ya obligarme a comerlos igual que hacía con los yogures que, tantos me hizo comer, que los aborrecí para siempre (para que veáis que no exagero, os diré que, cuando nos cambiamos de casa teniendo yo 14 años, el repartidor de Danone se enteró a los 4 días de dónde vivíamos porque bajó el consumo en un establecimiento y subió en otro) y, además, me acuerdo de que los envases eran de cristal y retornables, nada que ver con ahora.

Con todo eso, y volviendo al asunto de “a mí me daban dos”, me ha dado por pensar de qué me comería yo dos sin rechistar y la respuesta ha sido: “coulant de chocolate”, vamos, dos, cuatro o los que se tercien ¡faltaría más!.

Y luego, dándole vueltas a la cabeza, cada vez tenía más ganas de comer coulant y mi Pepito Grillo diciéndome: “a callar, que estás diabética”, y yo: “vale, vale, me sacrificaré” pero al rato, como a mí a cabezota me gana poca gente, le he dicho: “Pepito, te aguantas que me voy a hacer unos coulants de emergencia aptos para diabéticos y, de paso, gasto los bomboncitos que tengo hechos” y dicho y hecho:

Ingredientes:

2 huevos
50 gramos harina
1 cucharada chocolate en polvo Valor sin azúcar
100 grs. mantequilla
2 cucharaditas de café de fructosa


Preparación:

Mezclamos la harina con el chocolate en polvo sin azúcar y reservamos.

Ponemos en el vaso de la batidora las dos claras y batimos con las varillas a punto de nieve, añadiéndole casi al final una cucharadita de fructosa.

Mezclamos en un bol profundo (para que no salte) las yemas, la mantequilla a punto de pomada (se puede meter unos 20/30” al microondas) y la otra cucharadita de fructosa. Batimos bien hasta que la mezcla espumee un poco.

Añadimos al bol las claras batidas con cuidado, despacio y con movimientos envolventes, y, una vez integrado, echamos la harina con el chocolate poco a poco y lo mezclamos cuidadosamente con lo demás (despacito para que la masa tenga el máximo de aire posible).

Y aquí es donde digamos que he “pirateado la receta”, porque a la del coulant original en este momento habría que añadirle chocolate fundido junto con la mantequilla, que yo he mezclado antes (100 grs. de chocolate para las cantidades que yo he usado de lo demás) y yo, en su lugar, pondré los bomboncitos.

Ponemos en moldes de flan la masa (no más de 2/3 del molde porque sube), yo lo he hecho en los minis de silicona que uso para los tocinos de cielo, para poder comerme más y engañarme a mí misma. Si se usan moldes metálicos hay que untarlos previamente con mantequilla.

Introducimos un bomboncito congelado en cada uno de los moldes, asegurándonos de que quede cubierto de masa y metemos al frigorífico hasta la hora de comer.

Cuando empecemos a comer precalentamos el horno fuerte (de 230º a 250º), luego lo bajamos a 175/180º y, dependiendo del horno y del tamaño de los moldes, suele estar hecho en aproximadamente 8 a 10 minutos. Sabemos que está hecho cuando los vemos moverse, es como si la parte de arriba bailara y el borde se ve ya cuajado.

Como más buenos están es en ese punto en que lo de afuera está frío y el chocolate interior está calentito.

Ah, se me olvidaba, que esto se puede congelar en las flaneras y luego sólo meterlo al horno.

La culpa, por descontado, se la tienen las dos yemas que me sobraron de la muselina de ajo, bueno...las dos yemas y los dos Petit Suisse.



P.D. Vale que soy una inútil con las fotos, luego la cambio.

5 comentarios:

ion-laos dijo...

Hummmm, rehummmm...cómo me relamo, a la cocina voy a por la tableta de chocolate, los bombones para el finde y la dieta, ya si eso, pa otro día...

Besotes!

Gala dijo...

Eso es, tú échale la culpa a las dos yemas!
Jajajaja.. que grande eres!
así como quien no quiere la cosa te has sacado de la manda estas recetas, anda que ya te vale!
Ahora que hago? las preparo mañana? quien se resiste a unos bombones helados de chocolate sin azucar??

Yo no!

Besitos mediterráneos.

Lapislazuli dijo...

Todo por dos yemas, parece riquisimos
Un abrazo

Arturo dijo...

María:
Paso o muero. Así de sencillo.
En las últimas escapadas a Entre Ríos, encontramos un lugar que vendían huevos de doble yema por docena, la localidad es Villa Elisa...
Muy sabrosos y grandes, según mi hija que dio cuenta de varios de ellos.
Tú sí que habrías hecho una tortilla de papas y pescadilla a la manteca, para chuparse los dedos.
Un saludo de un goloso controlado.

Mos dijo...

Así no vuelvo yo a la talla 44 ni soñando.

Ay, qué pinta más rica el rico chocolate, paisana!!!
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...