19 de marzo de 2010

” Venga…” – ” Voy…”

Es interesante todo tema relacionado con el idioma, y sobre todo el castellano. Evidentemente como expone Morgana, los verbos, los acentos, las reglas ortográficas son variadas y por allí hasta al mejor erudito se le escapa una que otra palabra mal escrita (y por no decir acentos mal puestos o no puestos).

En mi caso particular, hay momentos donde me complico solo, con el afán de hacerme entender, trato de trasladar el “vos” al “tu”, armando una mezcla de conjugaciones verbales, que parece estuviera hablando en chino (cantones como mínimo).

En aquellos que hemos llegado de mayores a este bello país, traemos incorporado nuestra particular manera de expresarnos (según cada país), que venimos arrastrando por varios años, en cambio los chicos (caso específico de mis hijos y sobrinos), se adaptan casi inmediatamente al argot callejero.

Me acuerdo en mis inicios hispánicos, cuando empecé a trabajar aquí, casi con cautela me comunicaba, ya que entre nuestras palabras comunes y las de aquí chocaban en el sentido que se le da en cada continente, por ejemplo, es muy común en Argentina decirle a una persona “corréte”, en el sentido que debe moverse de donde se encuentra, palabra que aquí en España en el común de la calle tiene, entre otros, un sentido diferente. O para nosotros los argentinos el Coger tiene un sentido más sexual, y por lo general lo reemplazamos con el tomar o agarrar.

Bueno, ya me empiezo a ir por las nubes, como comentaba más arriba, hubieron algunas palabras que definen una actitud o momento y cuando me las decían me quedaba en Babia, o lo que es peor (y cómico a la vez), que reaccionaba como un marmota.

Hubieron casos de falta de interpretación de mi parte (por desconocimiento) y a algunos se le sumaban ciertas situaciones comicas e incomodas, a raíz de ello. Caso concreto del “venga”. Hete aquí que a raíz de la actividad que realizaba en mis primeros pasos españoles, me codeaba a diario con mucha gente y a su vez debía realizar tareas de controles, donde por lógica, el fluido trato hacía la permanente charla o intercambio de ideas, órdenes, etc.

Era en esos momentos de actividad continua, donde gente iba para arriba y para abajo, alguien por allí me decía: “bueno Mario, hagamos tal cosa… venga…”, a lo que yo en el preciso instante que escuchaba “Venga”, dejaba de hacer lo que venía realizando y me iba al lado o frente de quien había hablado, parándome como un marmota esperando a que me dijera el porqué me había llamado; a lo que este sorprendido se quedaba más en Babia que yo. Esa actitud la repetí varias veces hasta que me acostumbre a esa expresión común. Cabe aclarar que paso fácil mes y pico para asimilarlo, ya que instintivamente me volvía hacia ese “venga”.

También aprendí a interpretar el…!!! Que pasa…¡¡¡ dicho común en el español, con el ¿Cómo estás? , de la jerga argentina. Aquí cabe aclarar que el “que pasa”•, en argentina suena como una especie de reclamo o inicio de una discusión, algo así como ¿Qué miras? Fue también aquí que tuve que frenar impulsos de preguntarle si tenían algún problema conmigo, ya que pensaba entre mi, que tal o cual me estaba provocando.

Ya a medida que van pasando mis días en España, voy adoptando terminologías propias de este país, y tratando de no perder mis raíces, lógico como siempre menciono, el hombre es un animal de costumbres (y yo soy las dos cosas: animal, y de costumbres).

En fin

nuestras charlas nocturnas

1 comentario:

* Inés * dijo...

Sin prisas ni pausas, llego aquí, después de leerte en uno de tus soliloquios acertados.

Me gusta como pones voz alta a tus pensamientos encadenados.

Me encantaría aprender de tí, ya ves.

Gracias, desde mi sitio espectante.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...