8 de febrero de 2010

Esas "pequeñas cosas"...

Leí en un chat a diferentes personas, de distintos niveles (no solo Nick) y distintas nacionalidades hablar sobre el dinero. Y destacaban la importancia que hoy en día tiene el dinero en la vida.

Ridículo sería decir que no es importante, porque realmente lo es, toda nuestra economía (tanto familiar como de un país) se basa en el constante movimiento de dinero. Aunque para ser honestos, el tener dinero no es signo de felicidad constante.
Hay un proverbio Árabe que dice: Al perro que tiene dinero, se le llama Señor perro. Bastante acertado y, si vamos al caso, realista.

Pero el tema del dinero no es lo que me lleva a este escrito. El dinero está y no está, es como la magia, aparece y desaparece. No debemos regir nuestras vidas en base a él. “Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero” (Voltaire).

Lo que me inspira este escrito es ver que esas personas que hablaban del dinero, no se les ocurrió mencionar aquellas “pequeñas cosas” de la vida que nos hacen tan bien, y que las tenemos relegadas a un segundo plano (y en un tercero también).

Son infinitas, porque cada uno de nosotros vivió, participó o creó pequeños momentos, situaciones, obras, etc. que calaron hondo en nuestra vida y en quienes nos rodean.

Que sea este escrito un homenaje a esas pequeñas cosas que nos hacen VIVIR.

Como expresé hay miles, quizás millones, no mencionare todas, pero si algunas de “mis” pequeñas cosas bellas que me está regalando (y me regaló) la vida, creo que son apenas un átomo comparadas con las de los demás, aunque quizás en algunas coincidiremos.

Empezare mencionando al Sol nuestro de cada día, que me da energía (aunque a veces el pillín se oculta), la lluvia que no me molesta, las caminatas por las tardes (observando la vida pasar a mi lado), el olor de la primavera, todas y cada una de las estaciones del año. La nieve de invierno. El otoño en Mendoza. La baguette francesa. El vino tinto (cabernet sauvignon). El queso artesano de cabra. La Selección Argentina de Futbol. Jorge Luis Borges. Contemplar grandes pintores (Rembrandt, Velázquez, Picasso, entre otros virtuosos). La poesía de Mario Benedetti. Los colores que me traen paz y armonía. La música que me lleva a lugares que solo yo conozco, con fragancias y perfumes que colman mis sentidos, donde conviven el placer y los recuerdos nostálgicos. La lectura que me convierte en protagonista de miles de aventuras y amores. Mi humor (o de quienes me rodean). La risa de mis hijos. El recuerdo de Tu risa. La risa de mi amiga. Una mirada. Mi imaginación. Mi colección de sueños. El recuerdo de mis viejos.

En fin, muchas cosas más que vienen a mi mente y llenaría varias hojas de este escrito.

Entre ellas no quiero dejar de destacar esos momentos donde he recibido una simple palabra que volvió realidad mis sueños, o la que hizo verdad mi ilusión, o aquella que convirtió a la tristeza en un simple instante.

En esta vida se comparte, se sueña, se sonríe, se llora, muchas veces perdemos mucha energía en las preocupaciones (mientras más tiempo llevamos un problema encima, más pesado se vuelve). Por eso he tratado de darle la importancia a todas las cosas o momentos de esta vida, y más aun las pequeñas, a veces sin tomar tan en serio algunas y viviendo con serenidad.

Nadie debe vivir sin cambiar, ver cosas nuevas, experimentar otras sensaciones, y tener capacidad para corregir sus errores. Como afirma Norman Vincent Peale: “Cuando te levantas en la mañana tienes la posibilidad de escoger entre ser feliz o infeliz. Es tu decisión”

nuestras charlas nocturnas

2 comentarios:

Mayte® dijo...

Cuanta razón tienes Mario. Estamos tan obsesionados con las cosas que creemos importantes, que no vemos lo que realmente importa.

Besitos a la distancia

* Inés * dijo...

Aquellas pequeñas cosas nos ayudan a sonreir cada día y nos llenan con su calor, el alma.

Una risa de un amigo al otro lado del teléfono,vale más que todo en el mundo.

El dinero es sólo dinero.

Precioso,íntimo y de gran elegancia, como tú.

Gracias.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...